Seguridad vial


La ronda se llenará de cámaras para multar a los vehículos viejos

  • Unos lectores de matrículas en las salidas sancionarán a los coches sin etiqueta ambiental

La ronda se llenará de cámaras para multar a los vehículos viejos

Si se declarase mañana un episodio de contaminación, la restricción de circulación de los vehículos más contaminantes sería controlada por agentes de la Guardia Urbana apostados en las salidas de las rondas. Si la situación se produce de aquí a doce meses, la responsabilidad de multar a todos aquellos vehículos que intenten adentrarse en el centro de Barcelona sin etiqueta ambiental recaerá en un conjunto de cámaras lectoras de matrículas.
El nuevo sistema de control se instalará a lo largo de este año en los ramales de salida de la ronda de Dalt y Litoral, así como en otras vías estratégicas de acceso a la zona considerada de bajas emisiones con gran circulación como pueden ser la Diagonal o la Meridiana. La tecnología de las cámaras es muy similar a la que se utiliza actualmente en el radar de tramo de la ronda de Dalt, en los semáforos con cámaras de control para sancionar los que se lo saltan en rojo y en determinadas calles de la ciudad con circulación autorizada para un grupo reducido de vehículos, como la Rambla en sentido ascendente.
El sistema se probará hasta el verano y se implantará antes de fin de año
Las nuevas cámaras estarán conectadas a una base de datos del Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) que contiene la lista negra de los algo más de 100.000 vehículos considerados contaminantes, aquellos que no tiene la etiqueta ambiental de la dirección general de Tráfico (DGT). Es decir, los de gasolina matriculados antes del 2000 y los diésel previos al 2006. En el caso de las furgonetas, se amplía a las matriculadas antes del 1 de octubre de 1994. El veto a los coches más viejos y las correspondientes sanciones se activarán únicamente cuando se declare un episodio de contaminación, una situación aplicable desde el 1 de diciembre, pero que hasta el día de hoy aún no se ha dado.
La primera de las cámaras se ha instalado esta misma semana en una salida de Sant Adrià de Besòs. De momento forma parte de una prueba piloto que se alargará durante el primer semestre del año en diferentes puntos de la metrópoli. Antes del verano se espera haber formalizado convenios de colaboración con los cinco ayuntamientos que forman parte de la zona de bajas emisiones por donde pasan las rondas (Barcelona, l’Hospitalet, Cornellà, Esplugues y Sant Adrià de Besòs). En función de los resultados se determinará el emplazamiento definitivo de las cámaras lectoras de matrículas. La intención es que en diciembre de este año ya esté implantado el nuevo control tecnológico, coincidiendo con el inicio de la fecha más proclive a registrar picos de contaminación.
Unos nuevos paneles informativos advertirán a los vehículos vetados
Además de cámaras también habrá unos paneles de información variables en puntos concretos que indicarán a los conductores de la etiqueta de la DGT que les corresponde y si pueden, o no, circular por el centro de Barcelona en caso de episodio de contaminación. “El objetivo es dar más información a la ciudadanía sobre las emisiones de sus vehículos y las posibles restricciones”, explicó el vicepresidente de Movilidad del AMB, Antoni Poveda, ante más de un centenar de expertos en el consejo de Movilidad metropolitano celebrado ayer. La vertiente divulgativa se llevará a cabo teniendo en cuenta que a partir de, 2020 el veto a los vehículos más contaminantes pasará a ser permanente de lunes a viernes desde las siete de la mañana hasta la ocho de la noche.
La implantación de cámaras permitirá, a la vez, conocer mejor las características del parque circulante, que, según el último estudio realizado el año pasado, sitúa la antigüedad media de los ­vehículos que se mueven por Barcelona en 8,4 años.